Parc de Can Vidalet

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Actualmente, Can Vidalet es uno de los jardines históricos más emblemáticos de la Red de Parques Metropolitanos y el espacio verde urbano más importante de Esplugues de Llobregat. Además del atractivo, que comparte con cualquier otro parque, de ser un lugar para el reposo, el ocio y el acercamiento a la naturaleza, ofrece un suplementario muy particular: la posibilidad de poder disfrutar y aprender de los valiosos elementos antiguos que guarda celosamente (el palacete, el lago, el estaño, el lavadero, la vegetación, etc.) y de su característica organización del espacio.

Esta tipología de jardín combinaba diseños geométricos, cerca de las casas, con otros de vegetación casi espontánea sobre un relieve creado artificialmente, que pretendía imitar el paisaje natural. El agua era un elemento fundamental, distribuida hasta los últimos rincones por una red de pequeños canales. Cataratas y surtidores aportaban el sonido al conjunto visual.

Entre la vegetación predominan las especies autóctonas, con una importante presencia de encinas y pinos blancos, muchos de ellos centenarios y de apariencia excepcional. Desde los alrededores, las altas copas de los pinos sobresalen de la masa arbórea que las rodea y son el mejor indicador de la presencia cercana del Parque.

Zona A. El palacete
Cerca de la carretera general, se encontraba la entrada principal a la finca, a través de una magnífica puerta de hierro forjado. Este lugar, convertido hoy en la antesala del Parque, comprende parterres ajardinados, que forman pequeños rodales de encinas y pinos y lucen algunos árboles ejemplares (encina, ombú 1) y palmito). El palacete, utilizado actualmente como escuela de idiomas, es la única de las mansiones de la finca que ha permanecido de pie. Se trata de un edificio de inspiración neoclásica, con planta baja y dos pisos, procedente de las primeras décadas del siglo XX. Un portal de medio punto, flanqueado por pilastras pareadas con capiteles, da acceso a la planta baja. La cubierta es plana y protegida por una balaustrada. En la fachada sur, destaca una señorial escalera a dos bandas, que sube a la planta principal. Ante, hay un pequeño jardín recortado y, bajo la casa, un refugio de la guerra civil.

Zona B. El lago
Elementos propios de un paisaje natural (el lago, la isla, la gruta, las paredes y las bóvedas de piedra, la vegetación y la fauna) y otros cargados de simbolismo (el templete y el menhir) componen este
sector, el más emblemático y característico del Parque.

Un frente de rocas de forma semicircular, entre las que saltaba la cascada, flanquea el lago por el lado de poniente y cierra la gruta, con aberturas por donde se podían contemplar los juegos de
el agua al caer en el lago. Ante está la isla: cuatro pies de roca emergen del lago y se unen formando una vuelta, debajo de la cual está el embarcadero. La isla es también el magnífico pedestal de un templete, de planta circular, formado por ocho columnas estriadas con capiteles corintios, que soportan un tambor con relieves de motivos vegetales. Un puente colgante de hierro le une con tierra firme. Musgos y otras plantas viven entre los bloques de piedra, de tonalidades diversas, creando un ambiente más fresco y húmedo. Dentro del agua sorprende la presencia de un menhir. En el otro extremo del lago, un grupo de taxodis, especie poco habitual y originaria de zonas pantanosas de América del Norte, crecen dentro del agua como si se encontraran en su habitat natural.

Entre la vegetación resaltan los pinos blancos, impresionantes, con
troncos gruesos y copas elevadas. Entre ellos cabe resaltar
especialmente "el Pino Derecho" 1). Entre el lago y el palacete, una colina,
apretado de árboles y arbustos, con un grupo de palmeras de dátiles en
la parte sur, esconde cuidadosamente el pequeño estanque presidido por una
melancólica escultura.

Zona C. El Lavadero
Cuando aún no se usaban las mangueras, los jardines debían resolver el problema del riego a base de almacenar el agua necesaria en un depósito elevado, desde donde se repartía en todo el recinto por un sistema de pequeños canales. El agua era, además, un elemento decorativo importante, creador de frescura y alegría en el ambiente. Actualmente el lavadero, sobre las bellas arcadas de azulejos, es también un mirador donde se llega por dos amplias y elegantes escalinatas. Desde arriba, en dirección norte, se ve delante la montaña de San Pedro Mártir (399 m) con la antena telefónica en la cima, ocupando el lugar de la antigua ermita dedicada al mártir San Pedro. Hacia el este está el barrio de Finestrelles, la montaña del Tibidabo y el observatorio Fabra. Más cerca se distingue el hospital de San Juan de Dios.

Abajo, entre las escalinatas, hay un curioso ejemplar de encina con todo de pies que crecen juntos, posibles rebrotes de árboles cortados a ras de suelo. La encina es una de las especies más característicos de la región mediterránea, totalmente adaptada a un clima de inviernos templados, veranos secos y calurosos y lluvias irregulares. Sobre los troncos (de unos 15 metros de altura), las densas y oscuras copas forman una espesa bóveda sombría, que crea un ambiente fresco y húmedo. La corteza es agrietada. El fruto, la bellota, se ha utilizado tradicionalmente como alimento del ganado. La madera, muy dura, es usada para hacer herramientas agrícolas, pilotes de carnicero, ruedas de carro, etc. y hasta bien entrado el siglo XX para la obtención de carbó.Abans que el hombre interviniera, la mayor parte de la región mediterránea estaría recubierta por el espeso manto verde oscuro, brillante, de los encinares. Reducidos actualmente en recortes más o menos grandes, los encinares son bosques presididos por la encina, con un sotobosque formado por arbustos y lianas de hoja pequeña, dura ya menudo punzante, que forman una masa forestal apretada e impenetrable. En este sector, situado en el centro del Parque, se encuentra la zona de servicios, junto a un paseo de palmeras datileras. Pequeños senderos comunican plazoletas y parterres con diseños diferentes ivegetació variada.Zona D. El TuronetTocant el paseo de las palmeras, una rampa de caracol sube a la cima del cerro, entre una vegetación de encinas, aladiernos, pinos y durillos. Arriba, había sido instalada una imagen de Santa Magdalena.Al norte de este sector destaca un grupo de ombúes muy grandes. Los pinos son todos piñoneros, casi los únicos del Parque de esta especie. Cerca de las pistas de petanca hay una agrupación de Cocula y una de braquiquítones, dos especies de origen exòtic.Informació de serveiIndret de interés Histórico-, vegetación singular, jardín histórico, escultura, lago, manantial, vista panorámica, fuentes de agua potable, pista de petanca, juegos infantiles, juegos ancianos, porterías de fútbol, ​​canastas de baloncesto, mesa de ping-pong, aparcamiento de bicicletas, bar, WC.
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